Ella era de alto perfil.

Sus curvas elásticas senoidales
provocaban crisis en la cremallera
de mi corazón,así como su paso
cadencioso oloroso a leche y miel

Su pelo con hechizos de hilachas
de sol,era una tormenta perfecta
que revoloteaba como colibrí,sobre
los ósculos eróticos en mis mejías.

Ella era raudales de amor voluptuoso
por el día,y tempestad milimétrica por
la noches tórridas,que gemían,y crujían
mis huesos hasta infinito.

Siempre paso el limite de mujer perfecta
donde la ardiente arena que cubría su
inexplicable cuerpo,dibujaba su silueta
en el sol con exactitud geométrica.

Su recia personalidad era inexpugnable,
así como siempre fue irreparable e
irrepetible,teniendo la dicha de ser el
hombre quien rompió los cristales de su
corazón posicionando sin fronteras.

Lic.Rene Davila-14-08-2018-Chinandega.